Objetivos

Se estima que en 50 años se ha pasado de 1000 pastores en Picos de Europa a 8 que hay en la actualidad.
De seguir esta progresión pronto no quedará ninguno.  El número de cabezas de vacuno de carne que asciende al puerto sin embargo crece.  Pero el manejo más integral de los recursos del puerto, así como la rica cultura asociada al pastoreo, tanto en patrimonio  inmaterial (conocimiento, costumbres, toponimia, …) como material ( construcciones, pastos, y sobre todo los quesos) se encuentra en peligro. Tal y como se ha señalado con claridad :

“El resultado de esta situación puede resumirse, por tanto, en que tiene lugar:
La alteración del sistema tradicional de aprovechamiento
La pérdida de valor y de atractivo social de la actividad tradicional
La ausencia de incorporación de jóvenes al sistema tradicional de pastoreo
El abandono de las majadas y la pérdida de la cultura tradicional ligada a los pastores
El cambio del paisaje asociado al aumento de ganado vacuno
La merma de la calidad del queso

El reto que plantea esta situación es lograr invertir la tendencia, revalorizar la actividad pastoril y mejorar sus resultados económicos, y modernizarla en la medida justa sin privarla de sus rasgos tradicionales esenciales. Esto requiere mantener el ciclo de aprovechamiento adaptado a la capacidad de carga del medio, servirse de los conocimientos científicos y trasvasarlos al sistema de pastoreo tradicional y realizar un esfuerzo metódico y continuado para reconocer y analizar sus aciertos, fortalecer sus debilidades y corregir sus errores. “

Como punto de partida tenemos el objetivo de mantener y reforzar los pastores que continuan en activo. Dado que la viabilidad económica de la actividad está demostrada encontramos que el principal problema al que nos enfrentamos es la falta de efectivos.  Las principales causas de esta falta de nuevas incorporaciones son:

La falta de población joven en la zona que haga posible el relevo generacional
Desarticulación del tejido social que apoyaba al pastor
Consideración social de la actividad
Falta de formación en los nuevos enfoques renovadores de la actividad.

En general el pastoreo es visto como un trabajo poco atractivo para las nuevas generaciones que llegan a la edad laboral.
Es por tanto necesaria una renovación del oficio, tanto en sus bases materiales, como en el concepto, el significado de ser pastor hoy.
En cuanto a lo primero medidas como la habilitación de cabañas y queserías en el puerto, accesos rodados y otras facilidades como cierres electrificados, que se están llevando a cabo de forma experimental son un incentivo fundamental para nuevas incorporaciones.
En relación a lo segundo, la redefinición de lo que es ser pastor hoy, supone confrontar la percepción social de la actividad y la formación en nuevas técnicas y estrategias, lo que llega a precisar incluso la intervención desde el terreno simbólico y cultural.
Los pastores en activo, cuando participan de actividades formativas hacia nuevas personas interesadas, ven suplida en buena medida esta problemática, tal y como se observa en las experiencias de otras Escuelas de Pastores en funcionamiento.

La Escuela de Pastores cumple una doble función : por un lado proveer la formación necesaria para actualizar los conocimientos profesionales de los pastores hoy en activo, a través de la extensión de nuevas técnicas de manejo agropecuario, planificación y gestión de pequeñas empresas, orientación en la transformación final y comercialización hacia un producto de gran valor añadido.

Por otro, transmisión de los saberes tradicionales de los pastores hacia el resto de la sociedad, en concreto hacia aquellas personas interesadas en emprender una actividad pastoril renovada y que cumpla con la triple condición de ser económicamente viable, socialmente equitativa y medioambientalmente sostenible.

Por todo ello, el personal docente ha de estar formado tanto por especialistas técnicos en cada materia ( responsables de temas concretos en el bloque teórico del curso)  como por los propios pastores ( sobre los que recae toda la parte práctica), que, partiendo del compromiso de participar en la enseñanza de su oficio serán entrenados para ejercer adecuadamente la labor de maestro y tutor.
Estos pastores-maestro son parte del “claustro” de la escuela, con un gran papel en el proceso de elaboración del plan de estudios, selección de alumnos, acogida en el periodo de prácticas, y decisión a diversos niveles, que se articula en reuniones periódicas con el equipo coordinador de la escuela.

Según experiencias previas en las que pastores en activo se implican en la formación,  se cumplen los objetivos de revitalizar la figura del pastor:

1.- Al ser incorporados a la nueva función de transmisores de un oficio, como profesorado, tutores de prácticas…su autoestima crece, pasan a tener mayor reconocimiento social, y ven una mejora en sus rentas por su nueva faceta profesional. También se ataca el problema de la desarticulación social, a falta de más gente en el puerto que haga más llevadera la de por si dureza de la actividad , la presencia de alumnos en prácticas no solo aligera el trabajo si no que lo enriquece por el intercambio social que se da entre el pastor-tutor y el alumno.

2.-  Por otro lado, la formación ocasional dirigida a los pastores en activo permite la transición a esta nueva concepción del oficio , el pastor como productor de ecología de montaña, cultura y productos de alta calidad.
La puesta en marcha de dispositivos formativos adecuados a las inquietudes laborales de la población jóven permiten un acercamiento gradual a esta actividad, un proceso en el que el alumno sopesa pros y contras, y da lugar a un aumento de su autoconfianza, en cuanto crece su preparación hacia el desarrollo de su propio proyecto profesional y de vida. Se rompe el hielo de aventurarse en un oficio incierto, sobre el que pesan tantos prejuicios sociales, y desde la posición de estudiante se da la posibilidad de situarse con más certeza en el nuevo concepto de pastoreo, conocer las instalaciones modernizadas, etc.
Ante una titulación, sea o no homologada por la enseñanza reglada, la consideración social del colectivo y la persona en formación, también aumenta.
Un acercamiento a la profesión dentro de un programa de formación nos permite introducir nuevos enfoques, principalmente el fomento del asociacionismo. En el panorama de merma del apoyo que supone para el pastor la estructura social y familiar tradicional del medio rural, los vínculos que se generan en la camaradería de un grupo de estudiantes con similares inquietudes  puede y debe evolucionar hacia formas de apoyo mutuo consolidándose cara a su instalación como productores.
Cooperativas y otras formas de empresa de economía social en colectivo, o cualquier otro nivel de coordinación, suplen la dificultad de la desarticulación social y la poca población que padece el campo.

En definitiva, un esfuerzo en lanzar iniciativas que recuperen, adapten y difundan las bases del conocimiento asociado al pastoreo es un pilar clave para la continuidad de la actividad.

RECUPERACIÓN-REINVENCIÓN DE LA ACTIVIDAD

Todos somos conscientes de como el pastoreo tradicional ha ido en declive paralelamente al modo de vida propio de este medio rural, llegando a la actual situación alarmante en la que la continuidad de la actividad queda en cuestión cara a un futuro no tan lejano.
Se ha  visto también la necesidad de mantener el pastoreo y la reciella en el Puerto, por los valores ambientales y culturales que proporciona.  Para ello es necesario llevar a acabo un ejercicio de creatividad desde el que todos los interesados planteen posibles soluciones y alternativas para encarar la crisis y llevarlas a cabo de forma efectiva.
La metodología por tanto seguida para plantear la Escuela de Pastores ha consistido en visitar a los actores implicados en la cuestión del pastoreo, empezando por los propios pastores que aun continuan en activo, y llevar a cabo entrevistas abiertas alrededor de las siguientes cuestiones:
¿Como ve la realidad del pastoreo hoy y su futuro a medio plazo?
¿De que manera el pastoreo podría adaptarse al momento actual y fortalecerse?
¿Que medidas concretas cree que sería necesario llevar a cabo?
¿ Como ve la formación en el oficio a través de una Escuela de Pastores?
Las respuestas nos orientan en el camino de re-invención de la actividad que es necesario recorrer para situar al pastor en un nuevo lugar central y aventajado en el actual contexto social y económico, y no excluido y postergado como ha venido ocurriendo.
La Confederación de Pastores de los Picos de Europa lo deja bien claro en su “Manifiesto por la mejora de las condiciones de vida de los pastores” suscrito en  Benia de Onís el 23 de agosto de 2002:

“Por eso decimos que nuestras instalaciones en las majadas deben ser modernizadas y deben ser rediseñadas para que, sin perder su integración en el paisaje ni su arquitectura singular, puedan albergar nuevos equipamientos interiores y nuevas funciones. No es justo condenar a los pastores a la involución, a seguir trabajando con las mismas instalaciones de siglos atrás, a tener que sobrevivir en el mejor de los casos con un hilo de agua cuando no a transportarla desde lejos, a no tener luz eléctrica, ni servicios higiénicos, ni instalaciones apropiadas ni para atender al ganado ni para elaborar y madurar correctamente la producción de queso de Gamoneu. En esas condiciones ningún joven desea ya seguir el oficio de sus padres y abuelos y por eso no existe relevo generacional. La sociedad moderna y las nuevas normas de higiene alimentaria nos plantean nuevas reglas, por eso creemos que ha llegado el momento de actualizar nuestro conocimiento ancestral con la ayuda de las nuevas tecnologías, las energías alternativas y los nuevos avances de la ciencia.”

Esta demanda nos habla de un nuevo modo de entender el oficio de pastor, no ya un penoso trabajo de subsistencia, si no un oficio digno, con una comodidad y renta adecuada a las necesidades de hoy, en el que con el manejo de rebaños, cuidado de pastos y majadas, y elaboración de quesos, el pastor es además productor de ecología de montaña y portador de un acervo cultural justamente reconocido por la sociedad.
Por tanto recuperar no es mantener forzadamente estadios primitivos, ni atender a lo tradicional supone anclarse en el pasado, pero si reconocer su aporte validado por milenios de co-evolución entre los pastores y el Puerto. Porque reinventar no quiere decir empezar de cero, aplicar alta tecnología ajena a las necesidades y realidad del medio, o avanzar según el dogma del productivismo a una industrialización de la actividad destinada a aumentar la producción, en detrimento de la calidad y el equilibrio medioambiental.
Es por tanto un camino intermedio, tal y como recoge Victor Toledo con el concepto de ”modernidad alternativa”.

Para plantearnos la reinvención de la actividad tenemos que tener presente qué es lo “tradicional”. “Tradicional” es un término muy discutible, pues en los últimos 6500 años el pastoreo en los Picos  de Europa ha sufrido un gran número de cambios y adaptaciones, revoluciones en la actividad quizás mas agudas que la que estamos viviendo ahora. Tal vez tradicional se refiere sólo a lo que ha venido ocurriendo durante los últimos 150 años. Queda entonces tipificado como forma pura a reproducir, y ésto como indica Gonzalo Barrena a veces puede comportar una repetición acéfala. Debemos desbordar el concepto de pastoreo tradicional.

A la vista de las opiniones vertidas durante las entrevistas, en una síntesis podemos enumerar las siguientes propuestas para la reinvención del oficio:
– Mejora de las condiciones de vida en el puerto con arreglo de cabañas, accesos…
– Recuperación de ganado menor para la producción de carne
– Unión de los pastores para llevar rebaños en común
– Formación y creación de la figura de pastor asalariado para manejar rebaños
– Producción de leche de ganado caprino en las zonas bajas
– Consolidación de un anillo de majadas mejoradas
– Fomento de un modelo mixto de quesería en el valle con aprovechamiento y producción en el Puerto uno o dos meses al año
– Control de la población de lobos estableciendo zonas libres para pastoreo
– Fomentar el cooperativismo para la elaboración conjunta
– Idear un sistema de becas para la formación en pastoreo
– Apuesta por la calidad que reconozca el queso del puerto como un valor ligado a la ecología del Parque Nacional