La montaña de Covadonga, una escuela de pastores de prestigio

26.06.2013 Noticia en el diario «La Nueva España»

La vertiente asturiana del parque nacional de los Picos de Europa es «la mejor escuela de pastores» de todo el territorio español, así lo definían ayer Mario González y Juan Vicente Porter, dos nuevos alumnos de la montaña de Covadonga, que pasarán hasta el mes de octubre aprendiendo un oficio milenario en peligro de extinción. Año a año, tras ocho ediciones, la Escuela de Pastores va ganando en prestigio para quien de verdad quiere dedicarse al pastoreo o a la elaboración de queso, ya sea en los Picos de Europa o en sus lugares de origen.

La peculiaridad de estos pastizales de altura es que el pastor es también elaborador de queso y realiza conjuntamente uno de los productos con denominación de origen protegida (DOP) más caros del mundo: el gamonéu del puerto. Ese trabajo, el manejo del ganado y la elaboración del queso, es lo que están aprendiendo Mario González Moreno, Juan Vicente Porter Micó y Nel Cañedos Saavedra, procedentes de Alicante, Huesca y Gijón, respectivamente.

Mario González, con tan sólo 21 años, lo tiene claro: tras estudiar para técnico del medio natural y trabajar con grupos de visitantes, su futuro quiere que sea el monte. «Esto debería ser el futuro» y «volver a los orígenes», asegura, tras llevar ya un mes en la majada de Fana, trabajando sin descanso de sol a sol. «Tenemos todo para ser autosuficientes» y «hay que tirar más por lo natural que por lo industrial, como dirección de futuro», resalta.

Tiene muy claro que cada lugar cuenta con su seña de identidad y «toda España debería seguir ejemplo» de la escuela «y enseñar lo de cada lugar». Asegura que ya aprendió «muchas cosas» y un claro ejemplo es lo que su maestro le dijo: «Da más lo que deja el sol que lo que da el agua», explicando la necesidad de que salga el sol para que crezca el pasto en la altura.

Tampoco quiso quedar al margen de la polémica del lobo, que le tocó vivir muy de cerca con los ganaderos en la protesta organizada en la subida al puerto hace una semana. Para él, la solución, además del control del lobo, está en que los puertos se llenen de gente nuevamente: «Si hay humo y luz en las cabañas el lobo atacaría menos». Subrayó que el lobo «arrebata el pan de cada día de los ganaderos».

Juan Vicente Porter, de 45 años, viene de una vida laboral diferente: es maquinista en una estación de esquí del lugar donde vive hace más de 16 años, Huesca, aunque en los veranos, cuando termina la temporada, ayuda a los pastores al manejo del ganado. Acudió a los Picos de Europa a aprender el oficio de pastor con conocimiento de causa de una de «las escuelas con más prestigio», con la idea de volver a su tierra para dedicarse a ello.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


*